La ciudad de Maracaibo es conocida en todo el continente, ya que es una de las más importantes y desarrolladas de Venezuela, siendo la segunda más poblada del país, solo después de Caracas. Ubicada en el noroeste venezolano, muy cerquita del Océano Atlántico y a orillas del lago que lleva su nombre, es también uno de los principales polos de confluencia turística de la región setentrional de Sudamérica, debido a su gran cantidad de atractivos.
Con 13.820 km², el Lago de Maracaibo es el más grande de toda América Latina, y su cuenca es riquísima en petróleo. Frecuentemente considerado como un mar dentro del continente, es el lugar donde ocurre un fenónemo único por su singularidad y espectacularidad: el Relámpago del Catatumbo, una serie de relámpagos (más de 1 millón por año) que caen de manera silenciosa y prácticamente continua.
A orillas del curso de agua lacustre se encuentra además el principal parque de Maracaibo, la Vereda del Lago, que cuenta con instalaciones deportivas y ferias al aire libre, constituyéndose en un hermoso paseo. Hacia el norte, se ubican los palafitos de Santa Rosa, en un lugar donde se puede probar la gastronomía local disfrutando de una bellísima vista. Uniendo la costa oriental del lago a la occidental, está el Puente General Rafael Urdaneta, con más de 8,6 km de extensión y considerado el mayor del mundo hecho en hormigón sobre pilones.
La ciudad es rica en monumentos y construcciones importantes. La Catedral de Maracaibo, datada del siglo XVII, es una de ellas, con sus imponentes fachadas, naves, altares e imágenes, como la talla conocida como el Cristo Negro. El Palacio de Gobierno y el Palacio Legislativo son otros dos grandes ejemplos de la arquitectura local, así como la Casa de Morales, que conserva su diseño colonial. El centro histórico puede ser recorrido por un tranvía turístico, que pasea por las principales calles de la ciudad.
Además de la Catedral, vale la pena visitar la Capilla del Santo Cristo de Aranza (la más antigua de la ciudad), los templos de Santa Ana, San Felipe Neri, San Francisco y Santa Bárbara y la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá; estas dos últimas están conectadas por un bonito paseo por donde se puede apreciar la belleza de las construcciones marabinas. Asimismo, el notable Monumento a la Virgen de Chiquinquirá es otro sitio que el turista debe conocer.
Maracaibo se destaca también por sus barrios tradicionales. Quizás el más emblemático de todos sea El Saladillo, que existe desde la época de la colonia y tiene como principal atractivo la Calle de la Tradición o Carabobo, cuyo alegre colorido de las casas y gran valor histórico le ha valido ser considerada Patrimonio de la ciudad. A su vez, el Barrio Santa Lucía o El Empedrao, situado al margen del lago, conserva muchas casas también coloridas, de fachadas altas y estilo neocolonial, ubicadas muchas veces en calles peatonales, que ayudan a darle un aire pintoresco e irresistible.
Fotos: Barrio Santa Lucía, Monumento a la Virgen de Chiquinquirá y Paseo del Lago, por Reindertot.