Brasil es muy conocido por sus bellas playas y su exuberante selva, pero el destino de hoy muestra la enorme diversidad de paisajes de ese país sudamericano. En esta oportunidad visitaremos el Cañon de Xingó, localizado en el Nordeste brasileño y que se trata de un valle profundo constituido por el Río San Francisco, con sus aguas verdes y cristalinas, y las imponentes formaciones rocosas en sus márgenes.
El Cañón de Xingó (Cánion de Xingó, en portugués) se encuentra en el noroeste del estado de Sergipe, a unos 210 km de la capital Aracaju, en el límite con el estado de Alagoas. Y es justamente desde la capital sergipana que suelen partir los tours hacia este increíble sitio turístico, en un recorrido que toma entre 2 horas y media y 3 horas, en medio de manglares, lagunas, sierras y el árido paisaje del sertão nordestino.
La puerta de entrada al Complejo Turístico de Xingó es Canindé de San Francisco, desde donde se toman los catamarans hacia el cañón, a un precio de 30 dólares en temporada alta. En el paseo, que dura unas 3 horas, se puede apreciar diversas formaciones rocosas, como la Piedra del Gavilán, el Morro de los Macacos y la Piedra del Japonés, entre otras, además de disfrutar de bebidas y otras delicias a bordo.
Uno de los momentos más esperados por los turistas —se calcula que alrededor de 1.500 personas visitan el lugar cada día— es la llegada a la Gruta do Talhado, donde es posible bañarse en las aguas de color verde del Río San Francisco, en medio a paredes de más de 30 metros de altura. Aunque la profundidad del río es increíble en algunos puntos, los visitantes cuentan con chalecos salvavidas proporcionados por las operadoras que trabajan en este que es uno de los más grandes cañones del mundo.
Más allá de observar tanta belleza, el turista puede aprovechar para practicar deportes extremos como la escalada y el rapel, así como disfrutar de la tirolesa y el trekking. Para cerrar, vale la pena visitar el Museo de Arqueología de Xingó, cuyo acervo de más de 50 mil piezas muestra mucho de la historia de un lugar en el que los habitantes de hace 8 mil años dejaron pinturas rupestres en las rocas del cañón, legando un atractivo más a este impresionante sitio.
Foto: Cañón de Xingó, por Stefanie Schwarz (Flickr)