En pleno Desierto de Atacama, más o menos a la mitad del camino entre Coquimbo (y La Serena) y Antofagasta, se sitúa Copiapó, un verdadero oasis de clima agradable, lindas construcciones históricas y espléndidos monumentos que reciben a los turistas, los cuales quedan encantados con un sitio poco promocionado y que sin embargo reserva buenas sorpresas a los visitantes.

Comparar Copiapó a un oasis no es tan solo un juego de palabras, ya que durante la primavera se registra un bello e inusual fenómeno conocido como ‘desierto florido’, cuando más de 200 especies de flores —la mayoría de ellas endémicas— aparecen, llenando de color y vida la región. La garra de león, la pata de guanaco y la añañuca, entre muchas otras, proporcionan un vivo espectáculo al nacer en el desierto, lo que ocurre especialmente en época de lluvias.

En la ciudad, muchos son los atractivos que pueden ser apreciados por los turistas. Entre ellos están los templos, como por ejemplo: la Iglesia de San Francisco, construida en 1872 con pino oregón y caña de Guayaquil, esta última revestida de barro; la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en cuyos alrededores se celebra a la patrona de los mineros, en febrero; y la Iglesia Belén, de rico mobiliario y con una formidable torre.

A su vez, la Avenida Matta es un paseo ineludible durante la estadía en la ciudad, ya que es ricamente arborizada, dispone de animada vida cultural y nocturna y cuenta con una gran cantidad de monumentos llenos de historia y esplendor. Y es que Copiapó es una ciudad repleta de este tipo de obras, como el Arco Honor y Gloria a los Héroes en la Guerra y en la Paz y la Cripta de los Héroes, entre otros.

Pero la lista de sitios turísticos no ha terminado. Todavía tenemos: el Edificio Sernatur, con sus tres hermosos murales; el Cerro La Cruz, con su cruz de 15 metros de altura y accesible mediante una escalera; la Casa Villa Viña de Cristo, mansión del siglo XIX que ya fue la más lujosa de la ciudad y constituye un castillo de estilo neoclásico con mirador; y la Casa de la Cultura, otra bella construcción copiapina.

También la Iglesia Catedral, ubicada en la Plaza de Copiapó, merece ser visitada por su bella arquitectura en estilo neoclásico inglés. Asimismo, la importancia de la ciudad como centro ferroviario queda evidente al conocer la Casa de los Empleados de Ferrocarriles, de encantador diseño colonial y datada de 1860, aproximadamente, la Locomotora Copiapó, primera de Chile y la más antigua en existencia en Sudamérica, y la bella Estación de Ferrocarril, construida en madera en 1854.

Por si fuera poco, Copiapó queda cerca de algunas de las playas más hermosas de Chile, como es el caso de Bahía Inglesa y Playa La Virgen, dos balnearios absolutamente fantásticos. Pasear por Copiapó es hacer un bonito recorrido por una esplendorosa historia, además de tener la posibilidad de contemplar paisajes naturales tan diversos como la costa y el desierto.

Fotos: Estación Copiapó, por Layon Art; Casa de la Cultura de Copiapó y Arco Honor y Gloria a los Héroes en la Guerra y en la Paz, por Sfs90 (todas en Wikipedia)


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